El primer ministro francés, Manuel Valls, presentó hoy un plan de ayuda a la agricultura para paliar la crisis que atraviesan varios sectores como el de los cereales, la leche o la cría de bovinos, cuyo elemento central es un fondo de garantía para los préstamos.

El Banco Público de Inversión (BPI) será el encargado de garantizar los préstamos que los bancos conceden a los agricultores hasta un monto máximo de 1.500 millones de euros, según el dispositivo que dio a conocer el gabinete de Valls en un dossier de prensa.

La garantía podrá cubrir hasta un 50 % en los nuevos préstamos y una reestructuración de los créditos ya existentes para disminuir el costo del reembolso.

El fondo de garantía está abierto a todos los agricultores, aunque su objetivo prioritario es el sector del cereal para cubrir los gastos de la nueva campaña que empieza ahora.

Un segundo elemento es la asunción por el Estado del coste de la garantía para los agricultores en dificultades, es decir aquellos que tengan en 2016 una pérdida del excedente bruto de explotación que sea al menos un 20 % superior a la media de los últimos cinco años.

El Ejecutivo decidió igualmente una serie de beneficios para que los agricultores tengan que pagar menos cotizaciones sociales y desgravaciones en impuestos, como la contribución por terrenos sin construcción.

Los agricultores que los han solicitado podrán recibir un avance del 90 % de las ayudas que esperan a cuenta de la Política Agraria Común (PAC) de 2016.

El primer ministro lo justificó por las "pérdidas excepcionales" sufridas por los productores de cereales por los episodios de fuertes lluvias e incluso de inundaciones que hubo en diferentes regiones la pasada primavera.