El sector del transporte de ganado "jamás" ha contado con una única norma que compile y conjugue los intereses de bienestar animal y los del transportista, por lo que ese es uno de los principales objetivos que busca ahora el gremio.

Así lo ha asegurado en declaraciones a Efeagro el gerente de la Asociación Nacional de Transportistas de Animales (ANTA), Mario Gosálvez, quien ha lamentado que "ninguna administración pública, ni siquiera a nivel sectorial", ha tratado "específicamente" este asunto.

El transportista de ganado está sometido a "infinidad" de normas (bienestar animal, tiempos de descanso del conductor o medidas de desinfección y de bioseguridad) con "muchas divergencias" entre sí, lo que le dificulta su trabajo.

El gerente de ANTA ha indicado que las normativas sobre bienestar animal priman sobre el resto, y sitúan a la cabeza el reglamento comunitario 1/2005 de 22 de diciembre de 2004 relativo a la protección de los animales durante el transporte y las operaciones conexas.

Gosálvez ha defendido que el bienestar animal sea el que prime, pero "eso no quiere decir que la norma" comunitaria pudiera haber legislado también sobre "el bienestar" del conductor.

Para solventar, por ejemplo, las divergencias entre las normativas de bienestar animal y las que recogen las horas de descanso y conducción, Gosálvez ha explicado que en un viaje largo se turnan dos camioneros para que el ganado "llegue cuanto antes a su destino".

Por eso, espera que las administraciones se "sienten" a la mesa para crear "sinergias" entre las normativas, con las que se "conjuguen" los diferentes intereses.

Desde la empresa de transporte de ganado porcino Hermanos de Pablo Arribas, el gerente, Javier de Pablo, ha dicho, en la misma línea, que "muchas" normas que atañen a su sector "se contradicen" hasta el punto de que "el cumplir una, implica el incumplimiento de otras".

En el caso de su empresa, el problema "más frecuente" que le ha acarreado esta disparidad normativa son denuncias por sobrepasar -en tiempos que rondan la media hora- el tiempo de descanso del conductor que se incumplen para llegar a su destino y descargar los animales, en pro de su bienestar.

Otro problema en los viajes de larga distancia -hacia otros países de la Unión Europea- es la obligatoriedad de descargar los lechones en unos centros de parada en los que deberían reposar 24 horas antes de reanudar la marcha.

No obstante, De Pablo ha asegurado que esos centros de parada no son fáciles de encontrar y los existentes no tienen las condiciones de espacio e higiénicas oportunas, lo cual supone riesgos sanitarios y de estrés para el animal.Por ello, a su juicio, la Ley comunitaria de bienestar animal es una "ley de malestar animal".