El director general de la multinacional alimentaria Nestlé, Paul Bulcke, defendió hoy la necesidad de reducir al menos a la mitad el desperdicio de comida, que cada año cuesta 940.000 millones de dólares a los consumidores, agricultores y a la industria de alimentos.

En un artículo firmado conjuntamente con el presidente del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, en sus siglas en inglés) Andrew Steer, Bulcke recuerda que un tercio de los alimentos acaban en la basura, un problema al que cree que se puede encontrar solución mediante pautas globales que ayuden a la industria y a los gobiernos a medir su pérdida de alimentos.

"Las pérdidas no acaban ahí: la producción de esa comida desperdiciada consume el 24 % de todo el agua destinada a la agricultura y es responsable del 8 % del total de las emisiones de gases invernadero", asevera el ejecutivo.

Como parte de los Objetivos de Desarrollo para 2030 de la ONU, unos 193 países se comprometieron ha reducir el desperdicio de alimentos a la mitad para ese año.

Nestlé, junto con otras 400 empresas del sector, acordaron en 2015 reducir el desperdicio de comida a la mitad dentro de su cadena productiva para 2025 y recientemente se elaboró la primera guía hacia con ese fin.

Desde su punto de vista, reducir el desperdicio de comida no sólo es beneficioso para las compañías en la medida que aprovecha mejor sus recursos, sino que también tiene un impacto positivo para la sociedad.

"Es impactante que más de 800 millones de personas -una de cada nueve en el mundo- estén malnutridas, pero que 1.000 millones de toneladas de comida producidas para el consumo se desperdicien", se denuncia.

Bulcke agregó que "si podemos lograr que más comida llegue a la gente, mejorará su nutrición y su salud, mientras que reduciremos la presión sobre nuestros recursos naturales".

Para probar los resultados de esta guía, Nestlé siguió las pautas y realizó un seguimiento de su producción de leche en Pakistán.

Tras la evaluación, se comprobó que entre un 15 y un 19 por ciento de la leche producida por los granjeros locales se perdía de camino al mercado.

"Es una pena que pierda tanta comida. Con colaboración y compromiso, podemos revertir la tendencia. Aquellos que midan sus desperdicios podrán manejarlos mejor", concluye el artículo. EFEAGRO