"Los castañicultores de Aliste estamos sufriendo una caótica campaña de comercialización de castañas que al no encontrar salida en el mercado se están quedando almacenadas, perdiendo peso y calidad, lo que nos llevará a perder miles de euros". Así de claros y rotundos se mostraban ayer los productores tras un fin de semana donde sólo un comprador portugués recorrió los pueblos pagando el kilo a 80 céntimos. Los intermediarios también están cargados de castañas.