Investigadores del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid y el INIA han desarrollado un método para obtener un biofertilizante no contaminante que, además, es capaz de regenerar el suelo degradado por la sobreexplotación agrícola.

Los investigadores de la UPM, en colaboración con la Universidad de Hamburgo estiman que el uso de biopolímeros biodegradables de origen natural como fertilizante vegetal podría ser una alternativa sostenible a la utilización habitual de los fertilizantes nitrogenados inorgánicos que tienen consecuencias negativas para el medio ambiente.

Compuesto biodegradable

Desde esta hipótesis, han desarrollado un método para obtener un biocompuesto a partir de la quitina de los exoesqueletos de crustáceos e insectos, cuyo uso en el cultivo de plantas ha demostrado incrementar de manera muy eficiente el crecimiento de las mismas. Según informa la UPV, con este compuesto "biodegradable, insoluble e inocuo" para la salud humana, no contamina el medio natural, no huele y puede usarse en menor cantidad que otros al no perderse por evaporación o lixiviación. Por ello, este biofertilizante es capaz de recuperar la biodiversidad del suelo perdida por la sobreexplotación agrícola, al tiempo que su coste puede llegar a ser hasta un 10 por ciento menor que otros fertilizantes de origen orgánico.