La creciente preocupación de los ganaderos por los daños que provoca la fauna salvaje, especialmente el lobo, ha llevado a la Alianza UPA-Coag a solicitar una reunión con el director general del Medio Natural de la Junta "para que nos informe sobre el control de la población y si se están cumpliendo los cupos establecidos". Así lo confirma el responsable de UPA, Aurelio González, que incide en la frecuencia de los ataques de lobo tanto en Zamora -ayer se producía otro caso en una ganadería de Arcillo que se saldó con un ternero muerto- como en otros puntos de la región.

"Estamos ante un gran problema que lejos de aminorarse va a más. Hace unos días el propio delegado de la Junta nos confirmaba que en el sur del Duero en lo que va de año el número de ataques ha superado con creces al año pasado, o sea que las cosas no están bien" precisa González.

Otra reivindicación de los ganaderos es la agilización en el pago de las indemnizaciones por daños. En ese sentido el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, anunció ayer que la Junta va a poner en marcha un seguro para los ataques de lobos que permita que el pago de la indemnización sea "justo y lo más rápido posible", informa Ical. Esto, aseguró, va a suponer "un cambio sustancial" ya que permitirá que los trámites se agilicen y sean "infinitamente menores", fundamentalmente porque ya no será necesario iniciar un expediente de responsabilidad patrimonial y bastará con uno de pago de una cobertura de seguro.

Problemas de saneamiento

Por otro lado las organizaciones agrarias no descartan trasladar también a Valladolid el problema de saneamiento animal surgido en la comarca de Sayago con ganaderías de vacuno y que podría estar relacionado con las explotaciones de caza mayor. "Si pasados unos días no tenemos respuesta en Zamora, tal y como se han comprometido, tendremos que pedirla en la propia Consejería" apunta Aurelio González. De la reunión del pasado 16 de septiembre con el delegado territorial, salió el compromiso de comprobar la clasificación de las fincas donde se cría fauna salvaje, corzos y ciervos, con fines cinegéticos para comprobar si están obligadas a pasar las campañas de saneamiento como el resto de las explotaciones de ganado.

Ganaderos de la zona donde se cría la fauna están teniendo positivos de tuberculosis en sus animales, algo que achacan a la interacción con las especies cinegéticas no sometidas a control sanitario.