Las organizaciones agrarias Asaja y UCCL piden el apoyo de los consumidores en su protesta por la caída de los precios de la leche en origen, que materializarán en una "Marcha blanca" de los ganaderos de vacuno que partirá de León el próximo lunes 24 de agosto para terminar el viernes 4 de septiembre en Madrid, ante el Ministerio de Agricultura, donde esperarán una respuesta del Consejo de Ministros, un recorrido de 212 kilómetros en 12 días.

Entre las reivindicaciones de la marcha, convocada bajo el lema "Nuestro futuro es la leche", destaca la formalización de contratos que cubran los costes de producción, tal y como se ha hecho ya en Francia y Reino Unido, donde la industria está obligada a pagar a cada ganadero entre 35 y 39 céntimos por litro, mientras que en España el Gobierno está a la espera de que la Comisión Europea se pronuncie sobre la legalidad de dichas medidas. Las organizaciones agrarias consideran que "el Ministerio se equivoca al dilatar el proceso, nos están arruinando y cuando los contratos lleguen será tarde", en palabras del presidente provincial de Asaja, Antonio Medina. La Red Nacional de Granjas típicas fija la rentabilidad económica de las explotaciones de Castilla y León en 37 céntimos por litro producido.

Por eso, las organizaciones agrarias piden también la creación de una mesa de negociación arbitrada por Agricultura en la que estén representados productores, la industria y los distribuidores, con el objetivo de llegar a la firma de dichos contratos y exigir que se recoja la totalidad de la leche producida en Castilla y León. Además, consideran que los 10,4 millones de la tasa láctea que van a tener que pagar los compradores y ganaderos de venta directa que han sobrepasado su cuota en el periodo 2014-2015 han de revertir en el propio sector.

Por otra parte, solicitan el apoyo de la Administración para llevar a cabo campañas de promoción del consumo de leche nacional, dotar al sector de las medidas necesarias para que mejore su capacidad exportadora a países emergentes y controles para evitar "prácticas demoledoras para el sector como la venta a pérdidas por parte de la distribución, que utiliza la leche como producto reclamo".