Los fondos de préstamo y de garantía concedidos en el marco de la política europea de desarrollo rural entre 2009 y 2014 "no han logrado hasta la fecha su objetivo", según un informe publicado ayer por el Tribunal de Cuentas Europeo.

El problema, según los auditores de la corte, es que esos instrumentos "estaban sobrecapitalizados y no lograron desarrollar todo su potencial" a la hora de atraer a nuevos capitales y reutilizar la dotación inicial de fondos.

El tribunal cree, no obstante, que el periodo entre 2014 y 2020 "puede ofrecer mejoras en estos instrumentos", pese a que "subsisten obstáculos" para una mayor utilización.

Los países de la Unión Europea (UE) establecieron entre 2009 y 2014 once fondos de garantía y tres fondos de préstamos, en los que invirtieron unos 700 millones de euros hasta finales de 2013.

Según los auditores, "no se disponía de información cuantificable fiable para justificar los instrumentos establecidos, determinar la demanda de esos fondos en el ámbito de la agricultura y demostrar que el capital asignado era el apropiado".

Ello dio lugar a que los fondos de garantía estuvieran sobrecapitalizados en 370 millones de euros al final de 2013, dice el tribunal.

De cara al periodo hasta 2020, los auditores observan como posibles obstáculos al mayor uso de los fondos "la sobrecapitalización persistente y el riesgo de una continuada dependencia de las subvenciones".