Sin perder su "raza" y su tipicidad, los vinos de Toro han experimentado la evolución esperada por expertos como los catadores de la Guía Peñín de los Vinos de España que, en el día de ayer, cataron 183 caldos de bodegas de la Denominación de Origen y cuyas puntuaciones serán incluidas en el próximo número de la prestigiosa publicación que se editará en 2016. Durante casi cuatro horas, los tres miembros del equipo de cata de la guía, evaluaron vinos tintos, blancos y rosados, tanto jóvenes como crianzas y reservas, Una vez concluida la cata, el director de la publicación, Carlos González, destacó que en Toro se han dado "pasos" para afinar los vinos, por lo que "ya no son tan potentes, tan maduros y tostados como habíamos percibido en los últimos años".

En este punto, González subrayó que "determinados elaboradores" han evolucionado y han probado a "jugar" con otras variedades de uva que combinan con la tinta de Toro, con otros "tiempos" de crianza en barrica o con otras maderas para el envejecimiento de sus caldos. Estas variaciones han permitido depurar la "expresión" de los vinos de Toro que, ahora, "son más suaves, más fáciles de beber y más elegantes", subrayó el director de la guía. No obstante, matizó que en los caldos de la zona se sigue apreciando la tipicidad y la "raza" que aporta la variedad autóctona aunque, ahora, "son más finos". Reconoció González que, en los últimos años, los vinos de Toro presentaban un "exceso de madurez" y una apuesta desmesurada por la madera, lo que propiciaba que se distinguieran por su potencia alcohólica y porque "eran más duros".

Sin embargo, tras la degustación celebrada ayer, los catadores pudieron apreciar "ejemplos" de muestras que "son frescas, afrutadas, fáciles de beber y agradables", cambios que tienen su origen no tanto en la variedad utilizada sino en el método de elaboración y en que los enólogos tienen más en cuenta los gustos de los consumidores. Además, resaltó que el camino seguido para "afinar" los vinos permitirá a la Denominación de Origen Toro acceder con más facilidad al mercado internacional lo que se traduce en más ventas y más consumo. Por último, subrayó que, en la actualidad, el consumidor de vino demanda "un matiz varietal, que tenga tipicidad y que, aunque haya sido criado en madera tenga siempre ese recuerdo a fruta".