Los apicultores estantes de Sanabria y Sayago y los apicultores trashumantes de Cáceres alcanzaron un acuerdo de mínimos para comenzar a desbloquear el conflicto que mantienen por la ocupación de las zonas de producción en la provincia de Zamora.

El único acuerdo verbal alcanzado supone que las explotaciones trashumantes que se desplacen esta temporada a las comarcas de Sanabria y Sayago contactarán con la Asociación de Apicultores Libres de Sanabria y Carballeda, y su homóloga de Sayago y Arribes del Duero, para informarse de las explotaciones locales que están asentadas en la zona y su localización, y tratar de mantener una distancia mínima entre los respectivos asentamientos apícolas para no entrar en conflicto. Por parte de los apicultores locales se condenarán los actos vandálicos en las colmenas trashumantes además de tratar de erradicar estos hechos que José Antonio González, de los apicultores sanabreses, tacho de "intolerantes". El traslado masivo de colmenas, hasta 300.000 desplazadas desde Cáceres, Salamanca y Valencia, se ha convertido en una creciente fuente de problemas y enfrentamientos entre las partes.

Representantes de las asociaciones de Sanabria y Sayago mantuvieron el pasado fin de semana una reunión en Puebla de Sanabria con representantes de la Cooperativa Apihurdes y la Asociación Profesional de Apicultores de Cáceres para poner sobre la mesa sus respectivas posiciones, a priori contrapuestas. El presidente de Apicultores Libres agradeció públicamente el interés de los apicultores cacereños en asistir a esta reunión, que se prolongó más de cuatro horas y que dejó prácticamente las posturas como estaban, salvo ese acuerdo testimonial. La moderadora, la Ingeniero forestal María Turiño, destacó precisamente que las partes se sentaran a abrir el diálogo, sorteando inicialmente los puntos más controvertidos. Aunque las posturas se mantuvieron inamovibles por lo menos se ha abierto una vía de diálogo.

A la reunión no asistieron los profesiones y asociaciones convocadas por la provincia de Salamanca. A esta primera toma de contacto no se convocó a los representantes valencianos.

Un punto sobre el que no hubo ningún acercamiento de posturas fue en consensuar la distancia que establece la normativa autonómica, un radio de un kilómetro entre asentamientos de 100 colmenas, como reclama el sector zamorano, frente al cacereño cuya postura es no reconocer esas distancias para ubicar las colmenas. La normativa permite, si hay acuerdo entre los apicultores, rebajar la distancia mínima.

González reiteró que la proximidad de las colmenas supone una competencia y un descenso de la productividad, además del pillaje de las abejas trashumantes -que cuando llegan a los asentamientos están en plena producción y más fuertes- sobre las colmenas locales. Por su parte los apicultores cacereños apuntaban a una doble selección, por un lado entre las colmenas más fuertes y por otra la selección del mercado.

La asociación sanabresa considera que tiene preferencia en el asentamientos una explotación local de primera instalación, frente a las explotaciones trashumantes "que vienen a recursos sobrantes y no a echar a los demás". La postura del sector cacereño, en este punto concreto, es totalmente opuesto ya que hay que considerar la antigüedad de los apicultores que se desplazan tradicionalmente a una zona concreta.

A la falta de rentabilidad por los costes de desplazamiento que supone el traslado de las colmenas desde la comunidad vecinal, el sector sanabrés mantiene que "si no fuera rentable no vendrían porque cada vez se desplazan más apicultores".